Simon

Doo wop

Simon

Un príncipe debe ser a la vez amado y temido, pero más vale lo último. Ante todo, no debe ser odiado y para no serlo no debe apoderarse de los bienes ni de las mujeres de los ciudadanos (capítulo. XIX) ni proceder contra la vida de alguien “sino cuando hay justificación conveniente”

Nicolás Maquiavelo.

Simon

UN HOMBRE

Un hombre nació, vivió y se murió.

Bueno…además de machista porque las señoras también nacen, viven y se mueren, es un poco escaso en detalles y me saltaré el lenguaje políticamente correcto (o/a/i/e) así que va para todos.

Dry es un preadolescente y tiene que recoger sus aún juguetes, meterlos en una maletita y cambiarse a una casa estúpidamente grande y poco acogedora.

Dry tiene que recoger sus aún juguetes y cambiarse a una casa estúpidamente grande y poco acogedora, hace el petate y se va a la mili.

Dry hace el petate, se va a la mili, vuelve y se casa, hace la maleta y sin saber por qué se va a malvivir a una casa chula pero que no le gusta.

A Dry la vida no le va bien y hace la maleta para vivir en Cincinnati, hace frio y el ambiente es hostil.

Dry se pone pseudo mortalmente enfermo y lo internan en una clínica que no puede pagar, meten sus cosas en una maleta para llevarlo a una más económica. Dry no se muere porque se descasa pero hace su maleta y se va unas semanas a casa de su familia mal avenida.

Dry producto de sus ansias de libertad y de su familia mal avenida recupera una asignatura pendiente de la época escolar y rápidamente deciden que debe hacer su maleta para vivir juntos en el palomar de ella.

Dry descubre que ella en una ninfómana y a Dry le entusiasma. Se recasa. Ella es una ninfómana y a Dry le entusiasma pero no ha calculado que así como es una ninfómana con él es una ninfómana con todos, todas y todes las demás ocasionando tensiones y diferencias irreconciliables. Dry, que no está preparado para aprovechar las evidentes posibilidades de la situación se re descasa y hace la maleta para vivir en un bonito apartamento en la playa.

Dry ha perdido el Norte y hace y deshace su maleta infinidad de veces cambiando de casa, de ciudad, de país y continente compulsivamente. Es un vicio fuera de control que le merma la economía, la autoestima y es una pesadez.

Dry se siente como un liquen junto a su maleta y la duda que tiene es quien es el hongo y quien el alga. En su forma simbiótica ve pasar la vida mucho más deprisa de lo deseado, un día se mira al espejo y sin ver ninguna metamorfosis novelesca mira a los ojos de un hombre de mediana edad con tendencia negativa según las principales agencias de calificación de la bolsa de la vida. Eso le da a Dry mucho más miedo que si viera un escarabajo Kafkiano.

Dry se enamora de The Best locamente como no se había enamorado en sus dos bodas ni en ninguna otra ocasión. Le provoca un rebrote de sus antiguos vicios y agarrando su maleta compañera de su vida vuelve a las andadas y la llena y vacía compulsivamente a la vez que se suceden las casas sin mucho sentido aparente.

Dry es rechazado con suavidad, el peor de los rechazos… cruel como ninguno.

Dry hace y deshace frenéticamente su maleta. Le consuela, es casi una práctica de onanismo. Decide meterse en un piso que no le gusta y compra muebles y un montón de cosas que no necesita como si The Best y Little One fueran en el viaje.

Dry se hiberna y considera la posibilidad de que se le ha pasado el arroz. Se prepara mentalmente para vivir el último tercio de su vida en soledad. Cualquier otra opción se le hace una montaña y cualquier propuesta ajena a The Best es apartada de un manotazo.

Dry por primera vez en su vida controla el vicio, la maleta está en los altos de un armario y no siente tentaciones de tocarla.

Eso sí, la maleta está llena y no se atreve a vaciarla por si The Best cambia de idea. Por las noches oye a su maleta que le llama para volver a las antaño satisfactorias orgías y a continuación como refunfuña como una vieja, que es, cuando él se niega.

Dry tiene miedo por primera vez a la vida y espera un último viaje con su maleta si The Best consigue superar sus conflictos, pero Dry ya no sabe si realmente lo desea.

Ahora, ya en el declive, Dry se enamora de una diosa madura como él que no le dice que no pero le promete largas horas de picar piedra. ¿será?

Dry espera que en las puertas del paraíso, siempre ha pensado que sus vicios son perdonables, San Pedro tenga consigna al estilo de las estaciones de tren.

Así podrá soltar la maleta.

Violeta C

Y ese cambio de avatar
Es para las distancias cortas o largas?

Simon

Para las seguras.

En todo caso es temporal.

Simon

La importancia ( no de llamarse Ernesto ) sino de como te pones el jarsey.

Si has quedado con amigos/as/es para cenar y más si es en verano en zona de veraneo, en tema del jarsey no es menor.

Si no lo llevas vas a dar la impresión de siete machos, pero puedes "disfrutar" del relente de la noche cerca del mar y levantarte al día siguiente hecho un desastre, con un resfriado de verano que son los que más se disfrutan.

Si te lo pones te arriesgas a suicidarte socialmente con una lipotimia que una vez pasado el susto servirá para hacer chascarrillos a tu costa durante semanas además de dar la impresión de blandengue por salir de casa con un jarsey que por fino que sea no deja de ser verano. Poca leche son dos cuartos.

Y la peor opción es llevar el jarsey en los hombros, que además de parecer un clon de Aznar, Ansar para Bush, da sensación de dubitativo, de hombre quue no tiene las cosas claras, un caga dubtes vaya. Aparentemente sería la opción más razonable, pero a la práctica es la peor.

Seguramente la primera es la más acertada, pero no hay ninguna de buena.
Ser hombre a veces es una kk.

PD Y así es como se mantiene viva una moñografía cuando no tienes tiempo y además no se te ocurre nada.

Violeta C

Bueno es importante si no te llamas Ernesto
Los machos no se ponen jarsey aunque pasen frío y al día siguiente están con los mocos colgando
Todo llega amigo

Baja_157799

Cuando era pequeño me ponían un chubasquero que podía recogerse sobre sí mismo y hacerse una especie de hatillo que se ceñía a la cintura con una cincha, a lo riñonera. Es otra opción. Algo cani, pero…

Simon

¿ Nadie conoce a Ernesto ?

Violeta C

Necesitamos más pistas

Simon

La importancia de llamarse Ernesto.

Más pistas seria demasiado!

Anako

Ni manga corta ni jersey

Violeta C

Ese no es Fernando el de los huevos colgando

Simon

Se da por hecho, manga corta es poco señor y algo...adolescente.

Simon

LA OVEJA NEGRA

Había un pueblo donde todos eran ladrones.

A la noche cada habitante salía con la ganzúa y la linterna, e iba a desvalijar la casa de un vecino. Volvía al alba y encontraba su casa desvalijada.

Y así todos vivían en amistad y sin lastimarse, ya que uno robaba al otro, y este a otro hasta que llegaba a un último que robaba al primero. El comercio en aquel pueblo se practicaba solo bajo la forma de estafa por parte de quien vendía y por parte de quien compraba. El gobierno era una asociación para delinquir para perjuicio de sus súbditos, y los súbditos por su parte se ocupaban solo en engañar al gobierno. Así la vida se deslizaba sin dificultades y no había ni ricos ni pobres.

No se sabe cómo ocurrió pero en este pueblo se encontraba un hombre honesto. Por la noche en vez de salir con la bolsa y la linterna se quedaba en su casa a fumar y leer novelas.

Venían los ladrones, veían la luz encendida y no entraban.

Esto duró poco pues hubo que hacerle entender que si él quería vivir sin hacer nada, no era una buena razón para no permitir que los demás lo hicieran. Cada noche que él pasaba en su casa era una familia que no comía al día siguiente.

Frente a estas razones el hombre honesto no pudo oponerse. Acostumbró también a salir por las noches para volver al alba, pero insistía en no robar. Era honesto y no quedaba nada por hacer. Iba al puente y miraba correr el agua. Volvía a su casa y la encontraba desvalijada.

En menos de una semana el hombre honesto se encontró sin dinero, sin comida y con la casa vacía. Pero hasta aquí nada malo ocurría porque era su culpa: el problema era que por esta forma de comportarse todo se desajustó. Como él se hacía robar y no robaba a nadie, siempre había alguien que volviendo a su casa la encontraba intacta, la casa que él hubiera debido desvalijar. El hecho es que poco tiempo después aquellos que no habían sido robados encontraron que eran más ricos, y no quisieron ser robados nuevamente. Por otra parte aquellos que venían a robar a la casa del hombre honesto la encontraban siempre vacía. Y así se volvían más pobres.

Mientras tanto aquellos que se habían vuelto ricos tomaron la costumbre también ellos, de ir al puente por las noches para mirar el agua que corría bajo el puente. Esto aumentó la confusión porque hubo muchos otros que se volvieron ricos y muchos otros que se volvieron pobres.

Los ricos mientras tanto entendieron que ir por la noche al puente los convertía en pobres y pensaron —paguemos a los pobres para que vayan a robar por nosotros—. Se hicieron contratos, se establecieron salarios y porcentajes: naturalmente siempre había ladrones que intentaban engañarse unos a otros. Pero los ricos se volvían más ricos y los pobres más pobres.

Había ricos tan ricos que no tuvieron necesidad de robar ni de hacer robar para continuar siendo ricos. Pero si dejaban de robar se volvían pobres porque los pobres los robaban. Entonces pagaron a aquellos más pobres que los pobres para defender sus posesiones de los otros pobres, y así instituyeron la policía, y constituyeron las cárceles.

De esta manera pocos años después de la aparición del hombre honesto no se hablaba más de robar o de ser robados sino de ricos y pobres. Y sin embargo eran todos ladrones.

Honesto había existido uno y había muerto enseguida, de hambre.

PDS

Cada noche que él pasaba en su casa era una familia que no comía al día siguiente. La presencia de un hombre honesto rompe las dinámicas internas de un pueblo de ladrones. Italo Calvino ilustra la genética de los sistemas capitalistas.

Simon

Es Oscar Wilde

tonicoro

Se cagaron en el titulo original y el juego que daba.
:emoticono de caca:

Simon

Pues si, pero es que al traducirlo el juego de palabras se va a freir esparragos.

Pongo el original; Ernest o earnest que suena casi igual pero no quiere decir lo mismo.

Simon

EL PIANO

Bueno, por fin hemos terminado con los muebles y toda la porquería acumulada en casi un siglo. El piso es grande y han salido seis camiones de esos de tamaño mediano que corren a miles por Barcelona.

Solo falta él. Él es el piano, un piano de cola larga que desde que tengo uso de razón ha estado en la sala de estar sin que nadie lo toque porque nadie sabe tocarlo. Lo compró mi abuelo cuando mi madre y sus hermanos eran niños para que las niñas aprendieran a tocarlo, pero el único interesado era mi tío. Mi abuelo opinaba que eso de la música era cosa de niñas y unos por los otros la casa sin barrer.
Nadie estudio piano y allí se quedó.

El problema es que además del tamaño pesa más de cuatrocientos kg y los de los camioncitos de vaciar pisos no se han visto con fuerzas, o ganas, de bajarlo por las escaleras. Ahora no se puede bajar con cuerdas, está prohibido por el ayuntamiento progre que prohíbe más que nadie por temas de seguridad y una plataforma con camión, cortar una calle del eixample una mañana entera etc… vale una pasta y no quiero.

He encontrado una empresa en san google que se dedica a eso, a bajar pianos, tiene que haber gente para todo, y en eso están. Han venido cinco tíos tamaño familiar y lo están bajando a fuerza de brazos por las escaleras. Es verdad que lo han tenido que mutilar un poco para que gire en los rellanos pero me da igual porque es para tirar.

La casa se queda vacía, se alquiló a principios del siglo XX y allí vivieran mis bisabuelos, mis abuelos, el hermano de mi abuela, mi madre y sus hermanos y en algún momento llegaron a coincidir la cuatro generaciones allí. Como una tribu de once personas. Varios nacieron y murieron aquí. A la última se la llevo la parca hace pocos meses y la propiedad quiere recuperarlo, es renta antigua y pasado a euros he visto en el contrato que lo alquilaron aproximadamente por un euro y medio.

Nunca pensé que me tocaría a mí cerrar la historia de esta parte de mi familia, ni se me había pasado por la cabeza la posibilidad. En fin pago a los del piano, les suelto veinte euros para unas cañas y me quedo solo con todos mis fantasmas. Me recompongo un poco y recorro el piso sabiendo que es por última vez.

Es curioso, una vez vaciado me parece más pequeño y más cutre que antes. En general pasa al revés, se ven más grandes vacíos. Repaso el piso metódicamente empezando por una punta, la habitación en la que dormían mi madre y su hermana, con su balconcito y aún veo las camas, el escritorio, el armario… todo lo que había en una ahora habitación angustiosamente vacía. A continuación la de mis abuelos, más grande que las demás pero que también parece que se haya encogido, la del hermano de mi abuela, esta se ve más grande pero también más oscura, igual es un tema de luz y volúmenes, al otro lado del pasillo la de mi tío, este está vivo aún pero hecho una porquería, el recibidor que ha perdido el poco encanto que tenía y un pasillo con una distribución rara imagino que para simplificar cañerías; dos lavabos uno detrás del otro, una alacena y la cocina. Todo se ve más cutre así vacío, pero sobretodo sin nadie.

Al otro lado del pasillo hay una habitación que mi abuela decía que era la del “servicio”, lo cierto es que solo servía para almacenar millones de Vanguardias viejas que me habían costado una extra para que se las llevaran.

El salón, veo a mi abuela sentada haciendo calceta, cada año nos hacía un jersey a cada nieto, a mi abuelo en su butaquita leyendo el periódico, mi tía bebiendo más de lo razonable, el hermano de mi abuela y sus puros apestosos que para haberse dejado un pulmón en la batalla del Ebro no parecía lo más adecuado… ¿Y mi madre? Pues claro, no lo sé porque siempre iba con ella y no sé cuál era su sitio dentro de la tribu.
Lástima, me hubiera gustado.

Ha continuación un comedor que había sido en tiempos pretéritos donde dormían mis bisabuelos que solo he conocido en fotografía, yo veo el comedor que fue después, con su mesa redonda en el centro y los muebles propios de un comedor. Por un momento imagino a toda la familia comiendo alegremente lo que hubiera para comer, no había mucho, pero eran una familia.

A día de hoy solo quedo yo operativo y me toca hacer este papel, la verdad es no es propiamente con tristeza, es un melting de sentimientos, añoranza sobretodo. No nos veíamos mucho, pero éramos una familia. Ahora me quedan unos primos que una vive en Helsinki, otra en San Francisco y otro en Barcelona pero es “limitado” y no nos vemos.

Aún queda espacio para una galería, que siempre he pensado que no la aprovechaban lo suficiente porque era confortable, y una zona de aguas donde había la lavadora, ropa limpia, ropa para lavar y cosas de esas.
Bueno, retrocedo hasta el recibidor donde está la puerta que da a la escalera, cierro el gas, el agua, le doy al general de la luz y a todos los demás porque soy un poco paranoico con esos cosas, salgo al rellano y cierro con dos vueltas de llave.
En que cierro y saco la llave la sensación es un poco rara, no mala, tampoco buena, rara.

Bajo los cinco pisos por las escaleras de mármol dando saltitos a las partes más oscuras de cada escalón que es a lo que jugábamos de pequeños, si me ve alguien me da igual, no volveré nunca más.
Salgo a la calle que me recibe con una bocanada maravillosa de aire contaminado y el ruido propio de media mañana de una calle transitada del eixample y me voy a devolver las llaves, firmar la renuncia y quitarme de encima el mal rollo que me podría venir si no cierro correctamente este capítulo de mi vida y la de mi familia.

Luego me tomaré una caña en el chino de la esquina a la salud del piano.

Simon

.- Ves como no nos hemos peleado?

.- Si.

.- Es que la otra vez era mal momento.

.- Hace 20 bajo cero, es de noche, está nevado y nevando, estamos en el asiento posterior de un coche que no es ni tuyo ni mío y no estamos solos.

.- Pero la manta además de disimular es calentita

.- Si pero es un rollo porque ahora que me has sacado la chorra no sabemos que hacer con ella. A ver si…

.- No me toques las tetas que luego no vamos a poder y nos quedaremos con las ganas.

.- La gente grita, creo que acaba de pasar Michèlle Mouton y debe subir a dos minutos segundo Walter Röhrl.

.- No hombre, era Jacky Ickx con el Peugeot que va con el coche cero de ouvrier. Aún falta.

.- Es que no quiero perdérmelo…

.- Ya, pero no puedes estar en misa y dándole a las campanas, y hablando de campanas guárdame las tetas que se me enfrían. A ver si nos vamos a pelear…

.- Mejor vamos a lo de tu tío que ha dicho que haría una barbacoa que esto no da para más y por lo menos comeremos y estaremos calentitos.

.- Que pasa? Que no estás calentito conmigo?

.- Mejor lo dejamos para Barcelona que estoy a las últimas con mi mujer y quiero decidir con la mente limpia.

.- Estás casado? Lo podías haber dicho!

.- Es que como hacía mucho que no nos veíamos y con la emoción se me ha pasado.

.- Hombre, que estés casado no es como el hambre que se te pasa.

.- No te enfades que en poco tiempo ya no lo estaré.

.- Bueno, yo me voy con mi tío y cuando te descases me vienes a ver a casa.

.- Ves como te has enfadado?

.- Mira, déjalo, mejor guárdate la polla que ahora mismo no sirve para nada.

.- Me voy a hacer un pipí.

.- Y ahora cachondeo.

.- Como dices que no sirve para nada…

.- No has cambiado nada, mejor no me vengas a ver no casado ni descasado. Suelta la manta.