Estaba en una habitación, cerré la puerta con pestillo y me acerque con lentitud pero con seguridad. Sabía perfectamente lo que pasaría, pero no cómo.

La bese, su estomago se contrajo. No era el primer beso, pero si la primera vez que no se lo esperaba ya que era muy húmedo y ardiente. Se alejó un par de pasos obligándome a abrir los ojos, yo deseaba su boca con locura, mi respiración era muy agitada.

Lo único que nos separaba era a lo mucho un metro de distancia, yo con unos boxers negros que dejaban al descubierto una considerable erección y ella con un pequeño tanga negro a juego con una camiseta corta de seda que dejaba ver la firmeza de sus pezones, no dejando nada a la imaginación.

Note en sus ojos que se sentía muy sexy al ver como la observaba. Me acerqué, bese su cuello, puse mis manos en su cadera y la sente en una mesa.

Mis besos recorrieron su cuerpo poco a poco, sin dejar ni un milímetro de su piel, acaricie sus piernas desde los pies hasta sus ingles, agarre y manipule sus nalgas con firmeza.

Con mi lengua acaricie sus pezones, baje lentamente hasta llegar a su pubis y cuando llegue a su clítoris empezó a gemir ligeramente, hasta que su espalda se arqueó. Se abrió invitándome a introducir mi lengua y juguetear un rato, la saqué e introduje un par de dedos y los movi como si estuviera penetrándola, mientras que mi lengua jugaba con su clítoris

Ella tenía los ojos cerrados, su cuerpo empezó a temblar, sus gemidos eran fuertes, volvió a arquear la espalda durante unos segundos y se relajó. Abrió los ojos, miro mi erección, se dio la vuelta, movió sus nalgas invitándome a penetrar en ella y fuertemente sonó mi alarma hora de levantarme

Los sueños, sueños son ....pero con ellos me quedo y más teniendo en cuenta que ella era Mi Diablilla