Aramis 43

Ok.
Gracias.

Como el Petit Comité y el Pur están uno al lado del otro, me decantaré por estos. Así queda todo a mano.

Dr. Merengue

Mi historia en un restaurante

Todos hemos pasados momentos para el recuerdo en algún que otro restaurante. Sea por la excelencia de los platos degustados, o del vino, o de la compañía, o de la ocasión vivida.
Tenemos anécdotas de momentos graciosos, emocionantes, vergonzosos y hasta de profunda trascendencia para nuestras vidas.

De eso se trata este hilo, juntemos historias interesantes de momentos diferentes, que hemos vivido en esos recintos que tanto queremos.

Un pequeña, primera aportación:

Durante mi larga estadía en Barcelona, yo tuve la oportunidad de visitar algunos restaurantes de cocina molecular, especialmente en vogue en aquellos tiempos.

Mis recuerdos de aquellas cenas están más influenciados por los momentos de sorpresa, al constatar inesperadas texturas de las minúsculas porciones, que el disfrute de los sabores, muchos de ellos, desconocidos para mi hasta entonces.

Una noche invité a una muy querida forera a cenar a uno de eses restaurantes de vanguardia. Rápidamente fuimos informados sobre el libreto a cumplir y muy poco después tuvimos delante un enorme plato con dos insignificancias de complicados nombres y difíciles de describir.
Creo que todo comenzó con el sexto o séptimo plato. Empecé a sudar y sentir repentinas náuseas. Pedí disculpas , bajé con dificultad la empinada escalera y me desperté, segundos después de mi desmayo, sobre el piso de frente al lavabo.

Me recompuse como pude y volví a la mesa, donde mi preciosa acompañante notó que yo estaba pálido como un papel. En ese momento el camarero nos sirvió una ensalada líquida y su penetrante olor fue lo último que recuerdo de esa velada.

Parece ser que me desmayé otra vez y me sacaron entre cuatro tíos a la calle, donde poco después una ambulancia me pasó a recoger. En el hospital me tuvieron toda la noche haciendo controles y sobre la madrugada, me pude volver al hotel.

Conversando con amigos, me enteré que ha habido mucha gente que ha experimentado trastornos al ingerir ese tipo de comida.

Lo mío fue más un problema de tensión sanguínea, pero ha tenido alguno de vosotros problemas con esos manjares de alquimista, envueltos en nubes de nitrógeno líquido ?

Dr. Loomis

Mientras busco en mis archivos cerebrales alguna anécdota en restaurantes, que seguro tengo y no recuerdo, te diré, estimado y dilecto Dr. Merengue, que hace muy poco fui a ese restaurante, en el que "disfruté" mucho (seguro que más que tú) y le pregunté al xef O. si se acordaba de ese accidente.

Y sea acordaba Sacaron el plato del menú y si lo vuelven a recuperar lo llamarán Merengue Verde

Simon

Eso es la sangre que se va del estómago a otras partes del cuerpo y claro...

Montale

No, me gusta la buena restauración pero siempre la cocina tradicional. Además para la buena restauración es fundamental las buenas materias primas, y estos restaurantes modernos no se prodigan en la calidad de sus ingredientes.

La nouvelle cuisine o nueva cocina siempre me ha parecido un acto de pedantería. Pretender saber más que la tradición culinaria transmitida entre mujeres ( siempre entre mujeres ) durante milenios me parece una pedantería y una estupidez. Las mujeres ya han ido incorporando nuevos ingredientes y nuevas técnicas durante la historia culinaria que almenos en el Mediterráneo español se remonta a más de 2000 años. Pretender que alguién, un gurú o lo que sea puede superar esta sabiduría popular es un desprecio y un pecado de alta soberbia.

Repito que almenos el arte culinario en el Mediterráneo Español tendrá más de 2000- 2500 años. Si fuéramos unos Bárbaros del Norte, lease entre ellos los alemanes actuales, llevaría menos tiempo. Se civilizaron con posterioridad.

Simon

Para ser un defensor de los micromachismos nos hemos lucido. A la cocina y a fregar platos.

El Mediterraneo "español" tiene menos de 500 años, vamos a dejarnos de patriotismos patrioteros trasnochados que en dos patadas estaremos hablando de la batalla de Trafalgar.

Seguramente los barbaros del Norte que habitan en el foro no estarán muy de acuerdo con tus consideraciones.

En cuanto a la cocina francesa en particular solo puedo estar de acuerdo en que las sobredosis de crema de leche y sucedaneos que se pusieron de moda en los 90' fue repugnante para mi paladar.
El resto de la cocina francesa es mundialmente apreciada no por una campaña publicitaria sino por su calidad, variedad e innovación.

Un barbaro del Norte
La cocina tradicional está bien y me gusta, pero hay espacio para todo.

Dr. Loomis

Recomendación:

Restaurant Present, calle Saragossa. Entre Via Augusta i Sant Gervasi de Cassoles.

Me tiro piedras sobre mi tejado, pues hasta ahora lo conoce poca gente y las 5 mesas que tiene cada vez están más disputadas.

Abrió en 2022 creo, calle poco transitada, como digo 5 mesas solo. Personal, el chef y su pareja que atiende la sala.

Menú de mediodía por 19€, dos primeros y segundo a elegir entre carne y pescado, más postre, pan y vino incluido.

Por las noches menú degustación por 35 aprox (creo).

Nivel bastante alto y por tanto, relación calidad precio altísima.

Decid que vais de parte mía

Aramis 43

Tiene muy buena pinta.

Ya diré que voy de tu parte.


He llegit que el menú degustació són 45 €
https://lapuaweb.com/restaurant-present/

Dr. Loomis

Solo he ido a mediodías, no sabía el precio con seguridad.

Ya nos confirmarás si vale la pena. El menú mediodía por 19 es un regalo

Dr. Loomis

Hace ya más de 5 años en un restaurante de menú de mediodía en un centro comercial -
(siento que no tenga tanto glamour como la primera anécdota ), al abrir el bote de ketchup explosionó todo el contenido como una mini bomba, esparciéndose el tomate por toda la mesa, platos, pared....y mi persona.

Seguramente había fermentado y se había creado gas o yo que sé dentro, que al abrirse salió disparado.

Por suerte la americana y el abrigo estaban en el asiento de otra silla y fuera del radio de acción de la explosión. Mis pantalones, igual. Pero la camisa y la corbata eran un cromo, insalvables con Cebralín. Había más superficie roja que del color de la ropa.

El camarero se excusó. Renuncié al siguiente plato y decidí marchar rápido a casa a cambiarme, pues debía trabajar por la tarde.

Al ir a caja, ante mi estupor, el camarero me cantó el total del precio del menú... rápidamente alguien, desde lejos, le hizo señas y rectificó. No me cobró. Solo faltaría.

La camisa se salvó, en la lavadora con normalidad. La corbata fue imposible. Desde entonces me la saco siempre para comer (la corbata malpensados )

No pasé factura de la corbata. Pero no he vuelto más

Personal Jesus

¡Chicos, déjenme contarles algo que me sucedió en una cita romántica! Así que, estaba planeando una velada especial con esta chica que me traía loco. Decidimos ir a un elegante restaurante italiano, de esos con velas y ambiente romántico.

Todo parecía ir sobre ruedas. Pedimos platos deliciosos, brindamos con un buen vino y charlamos animadamente. Pero aquí viene el giro inesperado, ¡un momento que jamás olvidaré!

En mitad de la cena, noté que mi cita se veía un poco pálida. Pensé que tal vez no se encontraba bien, así que le pregunté si todo estaba bien. Ella me dijo que se sentía un poco mareada y decidió ir al baño a refrescarse.

Mientras ella se levantaba de la mesa, yo me quedé allí esperando, preocupado por su estado. Pasaron varios minutos y ella no regresaba. Empecé a inquietarme, así que decidí ir a buscarla.

Cuando llegué al baño, me encontré con una escena digna de una película de terror. Mi cita estaba agachada en el suelo, pero no parecía estar enferma. ¡Estaba vomitando, chicos! ¡Sí, vomitando en el baño del restaurante!

Alma Ajna

Cuando trabajaba de escort un cliente me invitó a un restaurante de esos pijos con un menú de varios platos, todos raros.

Uno de ellos contenía una bola blanca similar a una mozarela que no sabía lo que era, así que decidí contarlo por la mitad para ver de que se trataba, pues bien, en ese momento la bola salió disparada hacia unos comensales que estaban en otra mesa.

Intenté disimular pero no coló, creo que mi acompañante se dió cuenta pero no dijo nada, a mi me dio mucha vergüenza pero continué haciéndome la loca, él muy educado tampoco comentó nada.

No volvió a contratar mis servicios como era de esperar.

Y esta es mi triste historia...

El Observador

Hace años en mi barrio frecuentaba con mis amigos y amigas un Restaurante Oriental, era un Buffet libre pero en vez de coger la comida, pedias los platos que querías, eran raciones, por lo que te permitía pedir y probar varias cosas.

Digo Oriental porque habia tanto platos Chinos, Japoneses y algo de Thai, mis amigos principalmente se ponían hasta el culo de Sushi, yo abusaba de los Dim Sun que tenian, poca variedad pero podías pedir tantos como quisieras.

Allí fuimos durante unos 3 o 4 años, la dueña ya nos conocía y la verdad que se regalaba con el Sushi y demás platos, nos trataban muy bien, tenia mucho éxito y estaba siempre a petar.

Lo que ninguno entendimos, es que de repente de un día para otro cambiaron los dueños y hasta los empleados, fuimos como 2 o 3 veces más dónde se notaba que la calidad, cantidades y servicio eran cada vez peor.

Hasta que la última vez que fuimos (yo no iba muy convencido pues notaba el bajón de calidad y servicio y para estas cosas soy muy mio) con varios de los que nos juntábamos a comer un Sábado...

...normalmente ir un Sábado al medio dia sin reservar era Misión Imposible, ya cuando llegamos y estaba medio vacío mi sentido arácnido se puso en alerta

Total, que nos sentamos, pedimos los platos y esperamos, y durante la espera descubrimos el motivo por el cual estaba medio vacio...

...de repente una amiga preguntó porqué las paredes tenían como unas manchas que se movían, a lo que le contesté, son las mismas que hay debajo de la mesa, y nos dimos cuenta que por todas partes estaba lleno de cucarachas pequeñas, las llamadas rubias que suelen salir en las cocinas, el problema es que el puto restaurante estaba infestado, a la que empezamos a fijarnos estaban por todas partes, suelo, paredes, techo, lo curioso es que por las mesas ninguna.

Ese fue el motivo perfecto para mi para coger e irme y no volver nunca más, algunos de mis amigos en su insensatez volvieron una segunda vez, para confirmar que ya no había camareros y que ahora el Restaurante directamente lo llevaban las "Rubias".

Y poco más duró ese Restaurante Oriental que tanto éxito tuvo y sin saber porqué cambiaron de duelos y se hundió.

Luego la Jefa fue abriendo otros locales orientales, que si de Sushi, Thai, pero eran negocios que empezaban muy bien, y luego iban bajando de calidad hasta morir.

Como soy mal pensado siempre he creído que era un tema de blanqueo de pasta, abrir locales, reformarlos y traspasarlos, todo queda en casa y se lava.

Lextor

Qué esaborío.

A mí me pasó algo parecido y me pareció monísima.

Alma Ajna

Es que tú eres muy majo...

Violeta C

Pues mi historia de un restaurante más desagradable fue en México DF
Pues nada lo habitual vas a degustar la comida mexicana y vas a un restaurante todo excelente acabas de comer y te pides el típico tequila (que ese sube más que el de aquí) y también hay mariachis que si los llamas te vienen a la mesa y te cantan la canción que tu quieres.
Y digo yo, pues venga que me canten una los tenía delante mío cantando y a mitad de canción veo por entre los mariachis a tres tíos que van hacia la mesa de enfrente y no paraban de moverse eso me causó intriga osea es raro!! Y salieron corriendo
Cuando acabaron lo mariachis de cantar y salieron de delante mía, lo que vi fue un horror
Las tres personas que estaban en la mesa degolladas
Podéis imaginaros la cara que se me quedo vino todo tipo de policía cuarenta mil preguntas y tuve suerte que en ese momento estaban cantando los mariachis y no les vi las caras que si no, no salgo de México
Por supuesto no pague la comida

El Observador

Joder Violeta...que chungo...

Violeta C

Ya ves
México es muy peligroso

Baja_19632

¡Madre mía! Me pasa esto y no salgo de viaje nunca más

Simon

Transitar por la vida en soledad no quiere decir de ningún modo sentirse solo. Bueno, a veces sí pero lo compensas con otros ratos en los que puedes dedicarte con total libertad a lo que te apetece. No se trata de cosas espectaculares ni profundas pero si situaciones en las que estás más cómodo sin nadie que entorpezca tu disfrute.

A mí me sucede esto no se si por ser parte de mi carga genética o porque después de varias décadas de funcionar así he aprendido a convivir conmigo mismo. Hay alguna que no he conseguido acostumbrarme a la soledad; por ejemplo el sexo. En pareja se hacen amigos o por lo menos se conoce gente, lo cual no implica que te gusten para nada más.

Me gusta comer solo y me gusta comer pronto tanto si como en casa como si voy a alguno de mis restaurantes de referencia o pruebo alguno nuevo. Cuando voy a terreno desconocido tomo la precaución de buscar el internet el teléfono y reservar mesa. Aquí empiezan los problemas.

.- Buenos días. Quiero reservar mesa para uno a la una y media.

.- Lo siento pero el mínimo que aceptamos son reservas para dos. Es para optimizar el aforo del restaurante.

.- Entiendo su posición pero es que voy a venir yo solo y a la una y media no creo que tengan la sala muy llena.

.- Bueno, esto nunca se sabe. Mire, la semana pasada vinieron un grupo que…

.- Está bien, entiendo. ¿Me acepta una reserva para dos?

.- Si claro, sin ningún problema. ¿A que nombre quieren la reserva?

.- Simón.

.- Les esperamos encantados señor Simón.

.- No me gusta que me hablen como al Papa de Roma pero como no íbamos a ninguna parte no ha quedado más remedio.

Me presento en el restaurante a la hora indicada y el camarero después de consultar las reservas me indica que era para dos pero debe conformarse a regañadientes con la explicación que la otra persona me ha fallado. Incluso me hago un poco el molesto y muestro ganas de pagarlo con alguien. Obtengo la mesa sin más.
Pasan veinte minutos desde que he llegado y me han dado la carta. Solo eso, ni un mísero vaso de agua del grifo. Toda la vida he bebido agua del grifo en casa y me parece un despilfarro pagar una pequeña fortuna por una botellita de agua pija por muy ligera que sea en minerales. Llamo al camarero ya bastante molesto y me informa que debo esperar algo más porque a la una y media es la hora justa en que abren el restaurante, con lo que aún está todo manga por hombro. Esto no lo he entendido nunca, no entiendo porque no entran media hora antes de abrir para tenerlo todo preparado cuando llegue el primer cliente. Yo. Es muy molesto y yo también tengo mis cosas que hacer, y si no las tengo es problema mío.

Tienen fama de tener una ternera gallega de primerísima calidad. Hay quien jura que se deshace en la boca como si fuera lechón. Pido un filete y ahí surgen más tiranteces. Me propone un acompañamiento a base de crema de leche y recibe por mi parte una mirada asesina. Considero la crema de leche, salvo honrosas excepciones, una de las peores plagas de la nouvelle cuisine importada de Francia. Todo sabe a lo mismo. El camarero, ofendido, me indica que con pedirla al grill bastaba, que no necesitaba un tratado sobre las propiedades malignas de la crema de leche.

.- ¿Cómo lo desea, muy hecho, al punto…?

.- Al punto más uno, gracias.

.- ¿Y cómo acompañamiento desea verduritas, patatas panadera, un poco de arroz blanco?

.- Verduritas pero poco hechas.

Se va con el encargo a la cocina y le oigo gritar: ¡Un filete! Me cabreo.

Al fin lo tengo y nos quedamos solos mi filete, yo y una copa de tinto navarro con pegada. Está realmente bueno, y el navarro también. Los disfruto en silencio y agradezco que el camarero haya desaparecido en la cocina y no moleste.

Comer solo tiene sus ventajas. No tienes que prestar atención en mantener conversaciones que no te interesan ni siquiera en piloto automático. No necesitas hacer ver que te interesa, ni lo que dice ni la persona. Nadie te obliga a flirtear. Puedes comer a gusto concentrándote en lo que tienes en el plato y sobretodo puedes emplear tu cerebro en pensar sobre lo que te apetece o no pensar en nada si eres capaz de ello. Esto último requiere un entrenamiento de monje budista nivel avanzado del estilo de aplaudir con una sola mano o apreciar la belleza de un ramo de flores hecho con raspas de sardina.

La vida es como un restaurante que escoges, un filete, un acompañamiento y un vino navarro. Depende como los mezcles y los enfoques, te irá mejor o peor. Se puede comer solo en una mesa de dos si uno se apaña y sobretodo es importante librarse de los camareros que te quieren servir lo que no quieres. Están por todas partes y con una vez que te la cuelen te cambian la vida.

En un momento que estaba distraído un camarero me puso crema de leche.