Puta Locura

¿Bu-qué? ¡¡BUKKAKE!! Si no eres bisabuelo (y depende) no te puedes hacer el loco ante esta palabra con tan
exótica fonética: bukkake. ¿Cómo te quedas si te digo que da nombre a un plato de la cocina tradicional japonesa que consiste en pringarlo todo, tallarines y complementos, de un líquido blanquecino hasta que el cuenco rebose en tal suculencia? Pues flipas o te da igual porque tú y yo entendemos el bukkake de la misma manera. Aquí, en Tokio y en Dubai el bukkake es la entrañable práctica que consiste en que una señorita a solas o en compañía de la puta de su prima te saque el veneno de los huevos como si llevara una semana hambrienta. Pero no sólo a ti; a ti y a todos tus amigos de la pachanga de los domingos, a ti y a toda tu oficina, a ti y a toda tu comunidad de vecinos.

En muchas webs podrás leer sobre la leyenda urbana que dice que el bukkake era un castigo a la infidelidad
femenina en el Japón feudal pero eso es falso de toda falsedad. Hay bastante documentación sobre los castigos a distintos delitos en dicha época y ningún experto le da veracidad a ese mito: que una japo le ponía los cuernos al maromo y acto seguido se reunían todos los santos varones del poblado a hacerse una paja natural hasta el final encima de la susodicha. La verdad es que los japoneses son originales pero los castigos feudales daban menos para paja…

El origen del bukkake se atribuye más bien al hecho de que los legisladores japoneses, ante la llegada del porno, se reunieron a tomar unos sakes y les dio por decidir que los coños y las pollas había que pixelarlos. Por tanto, los directores porno del país no tuvieron más remedio que ponerse creativos y de ahí surgió el bukkake. Un japonés dijo sobre 1980:
-Pues ponemos a esta rara avis putona japonesa que nos ha salido con las tetas gordas y la llenamos de lefa que eso sí nos deja la ley.

Dicho y hecho.

40 años después no hay hombre de bien que no disfrute de un buen video porno de bukkake. El éxito del bukkake, según nuestros estudios en la materia, puede deberse a varios factores.

1. El bukkake es hermandad. Rememora tiempos mejores donde la hembra podía comerse gustosamente las
pollas y lefadas que le vinieran en gana en campamentos e internados. De allí todo el mundo salía en paz y con
indestructibles vínculos gracias a las corridas compartidas en bukkakes espontáneos.

2. En bastantes culturas el semen es un fluido de enorme energía, pues hacen falta de 40 a 80 gotas de sangre
para fabricar una gota de semen. Las sociedades taoístas antiguas tenían expertas chupapollas tragalefas y todo
por hacerse con este poderoso elemento. Así que el bukkake es toda una ofrenda a la arrodillada, donde le damos a beber lo mejor que tenemos y la tratamos como una absoluta diosa.

3. En el bukkake se evitan los embarazos no deseados y además es una práctica 100% feminista, ya que no es
coitocentrica ni falocéntrica. Olvídate de las asiáticas con cara de sufrimiento (es su rol, si ves porno japo van de que sufren si les toca una teta el novio o se equivocan de parada de autobús). Las chicas que vienen a hidratarse la piel en los bukkakes de Madrid vienen a gozar, sonríen, ganan pasta, prosperan en su carrera como estrellas del porno y toman lo que es, sin duda, la piedra angular de un desayuno nutritivo.

4. El bukkake es también una fiesta, una vivencia única en la vida. Detrás de las cámaras el jolgorio es non-stop y normalmente algunas trabajadoras sexuales ayudan a los más nerviosos, en una especie de terapia posmoderna que rebaja las exigencias heteropatriarcales que oprimen al hombre bajo el mandato de ser un macho empotrador agresivo. Aquí sostenemos los pitos flojos y la maestría de las sacerdotisas felatrices. ¡El bukkake es revolucionario! ¡Bukkake o barbarie!

5. Varias teorías psicosexuales sustentan que acabar pringado es una de las más frecuentes fantasías. No hace
tanto tiempo atrás eran habituales las escenas de lluvia dorada, uno de los servicios más demandados en
prostitución. Ahora está ocurriendo con los squirts y no hay moderno que se precie que no quiera acabar inundado de baba de coño. ¡Somos animales! Y el sexo bueno es el sexo sucio. El bukkake es un poco bastante
ultraimposible fuera del porno y esa es la razón por la que la misión de los mejores pornógrafos es que te sacies
gracias a nuestras mejores escenas de bukkake. ¡El bukkake no es un castigo, el bukkake es una forma de vida!

6. Todo pajillero que se la sacuda viendo los magníficos bukkakes que se graban en el porno español (ojo porque Madrid es capital internacional del bukkake) sabe con certeza que si se atreviera a dar el paso, el bukkake es una fantasía al alcance de su mano y de su rabo. Siempre vienen bien lechadores incluso enmascarados y así como es difícil funcionar como actor porno convencional porque las exigencias son bastante altas (mantener erección delante de un equipo, mantener distintas posturas, controlar la eyaculación hasta el momento preciso…) no ocurre igual en los bukkakes, que es más parecido a una merendola de boy scouts y cada uno se corre como camela, con los análisis pertinentes en orden. Ellas también fantasean y no es raro ver alguna viciosilla enmascarada llevándose un tratamiento integral de hidratación y nutrición en los vídeos de bukkake. ¡Y encima es todo súper vegano! Ya que los ordeñados son seres racionales que dan su consentimiento expreso. La mejor manera de no renunciar a los productos lácteos siendo vegane es venirse a un bukkake. Los pajeros que al final no se atrevan siempre pueden llenar de lefa a su figurita waifu de confianza, dejarla llena de cuajo y subir la foto a su comunidad de otakus. ¡El bukkake es cerderío, inspiración, feminismo, diversidad, creatividad, taoísmo, veganismo, la mayor guarrada y todo lo mejor! ¡Viva el bukkake!