cinefilo33

No se si es el lugar adecuado para escribirlo, pero no encontré una categoría que se ajuste más. Primero quise dejarlo en la ficha del hotel por horas al que fuimos, pero por conservar el anonimato de ambos he desistido de esta idea.

Quiero compartir lo que me ha pasado que es flipante y hasta ahora no me lo acabo de creer :-P

Me registré en una app de citas que no voy a nombrar pero que todos conocemos, con cuenta gratuita y foto falsa (lifehack - google search by image, subes tu foto y te muestra fotos de otros tíos que se te parecen, para que si finalmente quedas, no pase que la chica vino a por David Statham y se encontró a Torrente).

Al no pagar nada, no te deja escribir, pero fui listando tías y enviándole guiños a las que me dejaba la plataforma.

Estoy haciendo mis cosas y me viene un mensaje de una chica de rasgos orientales de muy buen ver, respondiendo a mi guiño:
Hola, quieres divertirte? Yo vivo aquí y mi novio está en (otro país), buscamos a alguien para que me folle mientras el mira.

La primera idea, sí, claro, a ver cuándo me pides que te envíe pasta para comprar un billete de avión o tren o algo así. Pero de eso nada, la siguiente hora una serie de preguntas, rechazo de mi proposición de vernos antes y tomar algo en un bar, prefiriendo la señorita una videollamada para vernos que somos reales.

Luego quedamos para el día siguiente, mientras busco sitio ella me pregunta que si hay luz suficiente (para que se vea bien en la llamada), que cuánto vale, que si no me importa mucho pagarlo yo esta vez que no tiene mucha pasta ahora, y la próxima ya lo paga ella (joer, que si no me importa), que si no tengo nada en contra si ella trae condones para no arriesgarse. Enfin, que maravilla de muchacha, demasiado bueno para ser verdad. Hasta la última me esperaba alguna putada.

Llegada la hora X nos encontramos en la puerta del sitio, charlamos un poco, subimos y al lío :-) unos momentos para enfocar la cámara del teléfono y llamar al noviete, y luego casi 1 hora de chupadas, posiciones y prácticamente todo lo que uno pueda querer del sexo.

Todo esto con muchos besos y buen rollo, GFE por así decirlo, preocupándonos sinceramente el uno por el otro por darle la mejor experiencia posible. Cosa que tanto falta cuando vas a ver a una meretriz.

Ella era la primera vez que hacía algo así y me lo creo, muchas risas y situaciones surreales como preguntarle al novio mientras me cabalga que qué le parece, si le gusta lo que ve etc.
Salimos de allí más felices que unas perdices, dos besitos de despedida de amigos y la promesa de repetirlo algún día de estos.