Simon

SE FUE

Ha sido un día provechoso laboralmente hablando, la entrevista con la Inmobiliaria barra constructora Delphi ha terminado con un pedido importante para la construcción de un bloque de apartamentos de 28 pisos a cuatro apartamentos por piso más las zonas comunitarias.

La piscina con su barbacoa imprescindible en cualquier condominio que se precie en Brasil, sala de máquinas, jardincillos, parquin de un plaza por apartamento más alguna sobrera para invitados, hall, ascensores, etc., etc…

Entre todo un pico en dólares (no trabajamos en reales por su volatilidad) y muchos metros que a mí me va bien por los objetivos anuales que se traducen en dos “bufandas” a fin de año. Estoy contento.

Todo esto es en Natal que es donde tienen el cuartel general los de Delphi y yo vivo en Punta Negra que empezó siendo un pueblo de pescadores y terminó siendo extrarradio de Natal. Hay dos posibilidades de recorrido, la corta que consiste en callejear hasta la avenida Ayrton Senna, todos en pie, y luego ir tirando hasta que llegas a Punta Negra. La otra es más larga pero más rápida, pero sobretodo menos estresante y más bonito, la Via Costeira, que como el nombre indica va junto al mar y entre dunas de arena.

Elijo esta última y en un cuarto de hora de gozo viendo como las olas se pelean con las rocas estoy en Punta Negra. Siempre ha ejercido sobre mí una fascinación en ir y venir de las olas que por un lado me parece hipnótico y por el otro me da un poco de vértigo el acercarme al vacío de la eternidad.

Cuando el más viejo de la humanidad no había nacido las olas ya hacían lo mismo y cuando no quede nadie seguirán con su lucha ambigua con las rocas; te pego pero te quiero.
Como son las rocas y las olas no se puede considerar maltrato patriarcal y machista.

En fin… que en la entrada/salida de Punta Negra está la estación de autobuses y es la hora en que muchos salen del trabajo y se van a casa. La mayoría trabajan en hostelería ya que es una zona turística y los hoteles, apartamentos, restauración y demás servicios legales e ilegales para turistas son legión.

No es mal sitio para iniciados para pillar cacho, no para turistas que no se enteran. De las hordas que salen de trabajar muchas son chicas jóvenes que trabajan de lo que sea en hoteles y demás. Yo por ejemplo, como muchos que estamos de paso trabajando o lo que sea, cada mañana voy a desayunar a un hotel.

Es barato, unos 8 o 10 reales, normalmente son bufets libres con lo que te pones hasta las trancas que ya no comes al mediodía y está bueno. Además a base de eso acabas conociendo a buena parte del servicio y es una fuente casi inagotable de contactos con más o menos posibilidades.

Gracias a un cocinero pude comer sopa de gallina grasienta y nutritiva cuando contaje el dengue y pensaba que me moría. Entre eso y un médico que me trató con agua de coco para estabilizar el estómago me sacaron adelante.

Nota: el dengue es hemorrágico, no tomar aspirina.

En la estación veo una chica mulata clarita con el uniforme de un conocido hotel, que como muchas otras tratan de hacer autostop para ahorrar el bus e ir más rápido. Me suena de verla en el hotel trabajando entre mesas y turistas. Huelo sangre, es más fuerte que yo, y paro a su altura.

.- Onde você está indo?

.- Estou indo para Punta Negra

.- Suba, se quiser eu te levo e tomamos uma cerveja gelada no shopping

Y así nos vamos los dos muy modositos a tomarnos una cerveza en el centro comercial y hablamos un rato. Es simpatica pero tiene algo inquietante cuando está seria e incluso cuando se rie hay unos ojos profundos y negrisimos que parece ue miren a través de ti.

La cosa se alarga y por el conducto reglamentario, nunca intentes besar a una brasileña en público pues las posibilidades que te haga la cobra son muy altas, tienen miedo que las confundan con una garota de programa, llegamos a mi apartamento de muy buen rollo bajo la mirada escrutadora y fiscalizadora del segurata de turno que vigila el condominio.

Hablamos, otra cerveza, y ella va bajando la voz hasta el punto de que creo que está teniendo una bajada de tensión pero dentro de su palabrear monocorde dice:

.- Você tem dinheiro em casa?

Y yo me oigo a mi mismo contestar:

.- Sim

Y ella monocorde insiste;

Quanto dinheiro você tem em casa?

Y yo no puedo evitar contestar;

.- Eu tenho 3.000 dólares

Intento resistirme pero ya no tengo ningún control sobre mi, me entero perfectamente de lo que está pasando pero no puedo evitar obedecer como una marioneta cada vez que ella tira de un hilo. Estoy envuelto en una voz.

.- Onde você tem isso?

.- Eu os escondi em um livro no meu quarto

.- Vamos procurá-los e entregá-los para mim

Y vamos a mi habitación, cojo el libro, saco los 3.000 dólares y se los doy como un corderito.

.- Agora vou embora e você não fará nada para impedir. Não chame a segurança.

La veo como abre la puerta del apartamento y la cierra cuidadosamente para no hacer mucho ruido. Solo miro supongo que como las vacas cuando pasa un tren. Pasa un tiempo, poco, creo que unos diez minutos en las que no tengo ninguna posibilidad de reacción.
A partir de ahí recupero mis ya limitadas capacidades normales rápidamente.

No sé qué ha pasado, he visitado santeros yoruba en Cuba, he asistido a dos macumba brasileñas, candomblé y umbanda, en las que se practica la posesión del espíritu entrando en trance, decapitando pollos, por cierto es bestial la cantidad de sangre que cabe dentro de un pollo, y cosas así.
No me he creído nunca nada, siempre he pensado que era más teatro que otra cosa. Incluso una vez le dije a un santero en La Habana que como volviera a escupirme ron en llamas encima se llevaba una Ostia en automático.

Intento razonar como un hijo de la vieja Europa y tratar de encontrar una explicación científica a lo que ha sucedido.

Se me están rompiendo los esquemas, la cerveza del centro comercial nos la ha traído un camarero que lo tengo visto, y la de casa era mía y la he abierto yo.
No las he perdido de vista en ningún momento. No me ha dado ningún beso en los morros, la chica, no el camarero, así que no me ha podido poner ninguna droga.

Pero entonces…

Simon

ESCLAVO

Como cada mañana a las siete de la mañana la mucama asignada entra en su habitación para levantarlo.

.- ¡Señorito, son las siete!

Y él, que tiene seis años, se pone de pie como un muñeco encima la cama aún más dormido que otra cosa. La mucama de manera profesional y poco afectiva, lo intenta pero solo es trabajo, lo viste siempre por el mismo orden. La ropa es buena, confortable y cara. Él no lo sabe, claro, pero agradece el calorcito que aún le transporta a la cama. Es una cama grande y acogedora que se hizo construir un abuelo suyo que tenía problemas de espalda.

Él tiene pipí, la mucama se impacienta, lo deja ir al baño donde él además de lavarse la cara y los dientes hace pipí pero se entretiene un poco jugando a quitar los restos de Harpic del interior de la taza con el chorrito de pis. La mucama le reprende.

Desayuno a paso de carga y Señora Madre lo baja a la calle donde lo espera Paco, el chofer vestido de chofer de la empresa de Señor Padre. A él le gusta Paco, es amable y simpático, además alguna vez le deja pisar el pedal del acelerador. Con los años acabará pensando que la afición a todo lo que lleve gasolina le viene de ahí.

La llegada al college ultra mega pijo siempre le da vergüenza, el coche de Señor Padre es americano, en la España del Seat seiscientos canta como una almeja en mal estado. A él le gustaría mucho más que le pasaran a buscar con el autocar de college o en su defecto que lo llevaran en un seiscientos. Ni se le pasa por la cabeza que lo lleve Señora Madre y aún menos Señor Padre.

El colegio no le gusta, no le gusta el ambiente, no le gustan los adiestradores de futuros líderes sociales, que es lo que se espera de él. De alguna manera lo entiende y le aterroriza. Tampoco le gustan la mayoría de los otros niños. Son reflejo de lo que viven en casa de cada uno, y por lo que parece no son casas muy tranquilas. La muchedumbre infantil le desagrada profundamente.
Afortunadamente desde su punto de vista no hay niñas.
Las clases empiezan a las nueve y terminan a las seis de la tarde. Él se aburre, es una sucesión de temáticas que no le interesan en absoluto separadas unas de otras por escasos minutos de descontrol entre que un adiestrador se va y el siguiente llega.

Las adiestradores les tratan sistemáticamente de usted pero el respeto llega hasta ahí. Los castigos absurdos como copiar varias páginas de una enciclopedia y sobretodo los castigos físicos están a la orden del día.
Una cosa es que Señora Madre le dé una bofetada más o menos merecida y la otra que los adiestradores, que seguramente no han tenido una infancia tan privilegiada paguen su frustración a bofetadas por cualquier cosa. La coartada moral es que fortalece el carácter, visto como lloran los tomadores de bofetadas no parecen muy fortalecidos.
A él le ha tocado alguna vez como a todos.

Lo que tienen de bueno la mayoría de clases es que le permiten evadirse y mentalmente ir a sitios mucho más agradables. Con frecuencia pasa toda la clase de matemáticas, que dura dos horas seguidas, en la masía vieja en las montañas donde viven sus abuelos. Allí es feliz. Su abuela le “hace jugar” y su abuelo lo trata aparentemente como a un adulto.
Le explica cosas de los animales que tienen en la masía y para qué sirven. Porque la gallina preferida de la abuela el día que deja de poner huevos la abuela le retuerce el pescuezo y la mete en la olla. Que no le tiene que dar pena porque ha tenido una buena vida y, desde el punto de vista del abuelo, una buena muerte. Él al principio no lo ve claro pero se come la gallina muy a gusto.

Cuando más disfruta es cuando el abuelo se lo lleva montañas arriba y le habla de los animales salvajes, su abuelo es cazador y le enseña como imitar la llamada de las distintas especies, de las plantas, los hongos y le enseña a sentarse en una piedra, siempre la misma, dice que es el centro del universo, y ver en tiempo real como crecen los pinos y los abetos.
Si se les hace de noche y llegan tarde la abuela les reprende pero más para cubrir el expediente que otra cosa.

En su infantil cabeza le da mucha pena que Señora Madre se avergüence de los abuelos solo porque hizo una buena boda y se casó con un hombre de dinero que resulto ser Señor Padre. Aquí hay alguna cosa que no entiende bien pero sospecha que es porque le falta información. No entiende si Señor Padre ya era Señor Padre por que se tuvo que casar con Señora Madre que debía vivir muy feliz con los abuelos.

En algún momento se ve obligado a volver a su sillita porque se termina la clase o en el peor de los casos porque el adiestrador le pregunta alguna cosa que acaba de decir y él no sabe que contestar.

De dos a tres comen en mesas de cuatro y al él le llaman Biafra porque el día que hay lentejas estofadas se come las suyas y las de todos los demás. Eso le gusta. En general nadie le molesta y no tiene problemas con la señora que fiscaliza las bandejas carcelarias para comprobar que se lo han comido todo antes de dejarlos salir al patio.
La llaman La Gestapo.

Por la tarde más de lo mismo. Hay dos días a la semana que hacen “deporte”, que consiste en que un falangista reconvertido les grita y machaca como si fueran jugadores de futbol profesionales. Luego los separa por habilidades futbolísticas y se queda con los mejores, los demás a un campito anexo a pasárselo bien.

El falangista además de tener problemas con el alcohol es un amargado porque jugaba en primera división y un jugador del Zaragoza que se llamaba Violeta le partió la rodilla por varios sitios retirándolo. Corría el bulo de que cuando la flexionaba hacía un ruido como si agitaran unas maracas.
Al que no corría lo suficiente o no le caía bien le sacaba el polvo a bofetadas sistemáticamente.

Desafortunadamente a él se le dan bien los deportes y termina siempre de extremo izquierdo, porque es rápido, zurdo y porque ya le va bien. Es reflejo de su personalidad individualista. Hay otro niño que quiere su sitio pero le gusta demasiado el chocolate y está algo fondón.

Les compraron unas camisetas sospechosamente parecidas a la selección de Brasil y los apuntaron a una liga pija entre colegios pijos. Los partidos eran los sábados por la mañana y paraban a las doce del mediodía por aquello del Ángelus. Era muy raro.

El problema fue que Señora Madre consideraba que los fines de semana eran para el esquí. A tal efecto había convencido a Señor Padre que comprara una casa en una zona pija y todos los viernes Señor Padre, negado para los deportes y para conducir cualquier cosa, se veía obligado a conducir horas para ir a una casa que no le gustaba, con un clima frio que no le gustaba y un contacto excesivo y continuado con Señora Madre que aún le gustaba menos.
Señor Padre tenía otros “desahogos” propios de su posición. Señora Madre miraba para otro lado.

A él nadie le decía nada ni preguntaba nada, lo subían a la estación de esquí a primera hora y lo iban a buscar a eso de las tres de la tarde. Esquiaba más que nadie porque estaba solo, no tenía dinero para meterse en un bar y porque era a lo que se suponía que iban.
Algunas veces le contrataban un adiestrador de esquí pero era solo una hora, de la cual Señora Madre se pasaba media flirteando con el adiestrador y ofreciéndole grandes - ¿propinas? –

Como él era pequeñito y tenía pocas posibilidades para decidir que quería hacer con su vida el falangista se puso como un basilisco cuando él, no Señora Madre, le tuvo que comunicar que los sábados por la mañana no podía estar en dos sitios a la vez y que debía dejar el equipo de futbol del colegio, sublimación falangista de depresiones alcohólicas.
No le pegó, pero gritos a un palmo de la cara muchos. Tuvo miedo.

Pasaron los cursos y su relación con los adiestradores fue cada vez peor. Las notas bajaban, le suspendían el curso y en verano apretaba y se lo sacaba para incomodidad de Señora Madre y de los adiestradores seguramente por motivos distintos, hasta que un día Señor Padre y Señora Madre se vieron obligados a visitar el despacho del jefe de estudios para tratar de su futuro.
Fue mal y él tuvo que estar presente.

Señor Padre estaba especialmente molesto porque su secretaria había tenido necesidad de alterar su agenda para que pudiera asistir. Señor Padre se movía en un mundo donde las cosas estaban confortablemente regladas; hoy consejo, cena con el núcleo duro para preparar la junta ordinaria o extraordinaria del día siguiente y por la mañana otra reunión para valorar todo lo anterior.
Luego zonas muertas en la agenda para los “desahogos”.

Todo terminó con un breve cambio de colegio porque a los quince años a Señora Madre se le ocurrió la brillante idea, en realidad copiada de una amiga “intima” que se llamaba Piluca, de mandarlo a estudiar a Inglaterra, al King's College en Cambridge. Argumentó que eso daba estatus a toda la familia.
A Señor Padre mientras no le alteraran su vida le daba bastante todo igual, además debió pensar que podría y debería emplear los fines de semana en otra cosa si no quería quedarse en casa a merced de las ocurrencias de Señora Madre.

Mientras a él lo facturaron en un avión a London y de ahí vía Liverpool Street a Cambridge en tren.

Ahí se asentó bien y obviando que no era protestante aprendió las cosas que son fundamentales para que un chico educado en un centro de referencia se abra camino en la vida y se convierta en un puntal de la sociedad preparado para sentarse en el sillón de Señor Padre el día que fuera necesario.

Aprendió cosas necesarias como beber cerveza y alimentarse de espaguetti toast, como hacer para que el dinero, excesivo, que le mandaba regularmente Señora Madre le permitiera bajar las bragas de chicas que de otra manera le habrían estado vetadas, como iniciarse en el noble arte del boxeo cuando le insultaban por no ser británico y, en la opinión mayoritaria, de raza inferior llamándole dirty chicken, hacerse respetar y defender su terreno además de intentar conquistar el de los demás. En fin, cosas básicas.

Como complemento algunas asignaturas, que sin ser imprescindibles, serían prácticas para poder decir frases grandilocuentes en los consejos, juntas y cenas. Más allá de impresionar a las señoras, naturalmente. De todas maneras también aprendió que con el dinero bastaba para bastantes de esas cosas así que se preparó para asaltar el despacho y la secretaria de Señor Padre.

Simon

Mendigar likes es de pobres

Violeta C

Has vuelto con ganas de escribir
Eso es terapia Simon

TheDandy

likes es una palabra española?

no deberia ponerse entre comillas cuando se escribe en otro idioma

Liptor 2.0

En cursiva.

TheDandy

acen va con h ....

preparada

Simon

Es un anglicismo vulgarizado, pero tienes razón. Gracias por el aviso.

También, pero le agradezco con toda la sinceridad que soy capaz el aviso.

ad hóminem

Palabra que se utiliza en la expresión latina ad hóminem, que se aplica a un tipo de razonamiento que se funda en las opiniones o actos de la persona misma a quien se dirige, para confundirla o tratar de convencerla.

Es un buen ejemplo de la expresión y del acento.

Aquest any no fem panellets per les nenes ?

Simon

SU MENDA

Y hasta aquí hemos llegado.

Siempre había sido un chico solitario, en el colegio tenía algunos amigos, pero amigos de colegio, de esos que con los años vas perdiendo de vista porque cada uno toma un camino distinto, pero donde realmente se sentía cómodo estaba en casa, en su habitación, tenía su mundo en el cual la reglas las dictaba él.
Pequeño dictadorzuelo sin maldad, por lo menos al principio, pero también sin escrúpulos.

No era mal estudiante, nada espectacular, así que apoyándose en algunas asignaturas para las que tenía especial facilidad se sacó los cursos uno detrás de otro a la primera, aprobó la selectividad y se matriculó en una carrera técnica. No es que le gustara especialmente pero para las materias que tenía facilidad era adecuada y además no le obligaba a interactuar demasiado con los demás alumnos.

Las carreras de letras las había desechado en bloque porque desde siempre la ortografía había sido su caballo de batalla. Además estaba aquello de que la gente de letras es más “enrollada” que traducido a la práctica que le interesaba a él quería decir mayor promiscuidad social. Que miedo y malestar todo junto - ¿Por qué todo junto se escribía separado? -. Nunca entendería a la gente de letras…

A todo eso fueron pasando los años, le salió pelo donde le debía salir, no demasiado, terminó no sin esfuerzo la carrera, como no quería trabajar hizo un master de un año, eso que ahora llaman una maestría, para aplazar el inevitable ingreso en el mercado laboral hasta que su padre a través de un amigo de un amigo le buscó un trabajo en un despacho de diseño propiedad de un conocido del amigo del amigo de su padre.

Empezó a darse cuenta que en la vida no todo era pasar cursos con mayor o menor fortuna y pasaba los días haciendo trabajos de meritorio, como Mónica Lewinsky pero a ella la llamaban becaria.

Había un par de diferencias más; una era que estaba seguro de que el propietario y creativo del despacho era gay y que a pesar de que le había insinuado alguna vez que se la chupara él se había hecho el distraído como si no se enterara.
La segunda cosa que lo diferenciaba de la Lewinsky es que él cobraba. No mucho pero algo le pagaban. Seguramente porque la ley lo exigía, no porque tuvieran ganas o porque su trabajo lo mereciera. Él quería ser creativo, pero era difícil lamiendo sobres todo el día. Además, cuando lamia sobres siempre encontraba la mirada del creativo jefe mirando fijo.

Saliendo del trabajo le gustaba pasear por la Rambla Catalunya, acercarse al Palau Robert, a la Casa de les Punxes, entrar en algún bar de la zona donde le llamaban de usted y por poco dinero podía pasar por alguien exitoso y adinerado. Incluso por un café por relativamente caro que fuese. Eso sí, el chocolatito al lado siempre terminaba en el bolsillo para cuando viera el culebrón en la tele.
Había probado de hacer chocolate él, con moldes y figuritas, pero le salía fatal, hasta él secretamente se lo reconocía a sí mismo. Luego no sabía que hacer con él y lo iba regalando por ahí con éxito escaso.

El de la tele era un momento del día que no le gustaba demasiado, llegaba la cena, hacer sus abluciones antes de ir a la cama y a dormir. No le gustaba porque en el baño no le quedaba más remedio que mirarse en el espejo, ya intentaba mirar al suelo para no tener que verse pero antes o después tenía que levantar la vista a riesgo de descalabro.
Un baño es un sitio potencialmente peligroso y lo que veía no le gustaba. Se había convertido en un ser de piel blanca, de movimientos suaves, amanerado hasta la saciedad hasta que un día cayó en la cuenta y en la bañera de que podía convertir todo aquello que no le gustaba de sí mismo en un personaje impostado. Convertirse en quien no era, pero pensó que con el tiempo se acostumbraría a sí mismo.

Lo siguiente tampoco le gustaba, su anacoretismo trabajado desde la infancia le había privado de las habilidades sociales para relacionarse con las mujeres. Y le gustaban las mujeres, siempre le recordaban a mamá, era un pensamiento que le perturbaba pero que en el fondo deseaba.
Sencillamente no sabía hacerlo. Las intentonas, no muchas, habían sido patéticas y cuando no habían terminado en un rechazo frontal con banda sonora de carcajadas simplemente lo habían ignorado. No sabía que le había dolido más.

La consecuencia inevitable era que día sí día también se iba a la cama dos veces, la primera antes de masturbarse pensando en cualquier chica joven, muy joven, que le gustara, le gustaban jóvenes, alguna vez también con el creativo jefe empeñado en que le hiciera felaciones, había terminado con fantasear con ello secretamente incluso para sí mismo, y la segunda cuando había metido la toalla escogida de las que había comprado en el Corte Inglés al efecto después de unos cuantos desastres con las sábanas.

A todo eso de manera lenta e imperceptible fue comprando ropa más…cool, cortándose el pelo distinto, otros zapatos y sobretodo – también se escribe junto – ir adoptando una actitud más distante y más dura con la sociedad que lo albergaba incluido el despacho. La sociedad tragó, el despacho no. Una mañana el creativo jefe dueño del negocio lo llamo a la sala de brainstorming y delante de todo el mundo lo despidió. Él se quedó con la idea que lo despedía por no mamársela.

Se encontró en la calle a unas horas a las que no estaba acostumbrado, se metió en un bar, cogió un periódico mugriento de las docenas de personas que habían desayunado en la vertical de Messi y mientras se tomaba el cortado lo fue ojeando. O al revés, daba igual. O no.
Le llamo poderosamente la atención un anuncio con alguna foto promocional en el que se anunciaban chicas jóvenes a tanto la hora. Rápidamente se sintió atraído, pero las que le gustaban costaban un montón de dinero y, las que se podía pagar con la prestación de desempleo que le iba a quedar del sueldo de miseria que había cobrado, no le gustaban.

Decidió ir a un bar de esos que te alquilaban ordenadores por un módico precio también por horas e investigo el tema. Fue muy instructivo. Averiguó que también se podían contratar tiempos más cortos, ya le iba bien, en realidad le iba mejor, podía tener sexo con chicas jóvenes y guapas, le salía más barato y además no necesitaba habilidades sociales que no tenía, para tiempos tan cortos que eran suficientes para un sexo un tanto egoísta no le obligaba a interactuar con la chica de turno a niveles más humanos. Sociales.

También descubrió que en internet había toda una oferta sexual y, que agrupados en organizaciones privadas montones de usuarios de la prostitución interactuaban entre ellos para intercambiar ideas e informaciones al respecto. También los había sobre la cría de tortugas o de dueños de perritos asesinos o de cocina. Se dio de alta - ¡era gratis! – en tres o cuatro portales, de sexo y de cocina a ver si le salía algo bien.

Se puso un nombre, Nick lo llamaban, que ligara con la imagen que tenía de sí mismo, una foto que consideraba que lo representaba, avatar lo llamaban, y desde aquel día desarrolló una personalidad nueva que como nadie le conocía le fue relativamente fácil. Se auto convenció de que se había convertido en un macho alfa y trató de trasladar al mundo real su nuevo “yo” con suerte desigual.
Los que le conocían previamente pasaron de la perplejidad a la carcajada y sus nuevos conocimientos de la perplejidad a la carrera. Les agobiaba.

El mundo virtual ganó terreno y se convirtió en el primer mundo y el mundo real en la escapatoria donde solo iba cuando deseaba una chica joven y guapa que se pudiera costear, fardar de cocina y poco más.

Él fue feliz en su mentira.

TheDandy

a qui va dirigida la pregunta, jo veig al post un quote a mi i una resposta, despres un quote a liptor i una resposta...

i despres una pregunta sense cap quote

llavors clar ,com no has editat abans ,no queda clar, perque surt un bump, creia que com ahir em vas corregir lo de ad hominem , tu tambe intentarias revisar posts abans que em quedi amb el dubte...

i si ets catalá haurias de saber que els panellets arrivan quan toca, a finals octubre just per tots sants...i encara som a 23 de setembre que es celebra aquests dias la diada de la merce. I si moltes nenas em demanan panellets perque em quedan bonissims perque dubtes que no en fare

i si la pregunta dels panellets no anava per mi , et demano disculpes....es que no entenc aquest repenti interes pel que cuino quan mai m'has posat cap " like " a cap plat meu, que en poso molts durant l'any

Owaduga

Simo, supongo no te sabe mal que explique que en La Línea, en la Plaza del Ejército Español ( así se llama la plaza). Una plaza abierta con vistas a la impresionante Roca de Gibraltar hay una pastelería en que elaboran y venden panellets todo el año; los clásicos de piñones.

Anda que no disfrutaba yo en la terraza que tiene la pastelería en la Plaza del Ejército Español, tomándome un te ( como si fuera british gibraltareño ) y un par o tres de panellets" con vistas a esa impresionante roca que por su lado norte es casi una pared vertical de 500 metros.

Me los tomaba "fuera de temporada de panellets catalana". en La Línea.

Algunos se creen que los panellets es algo exclusivo catalán, cuando hasta me los encontré en Túnez. También fuera de la "temporada catalana" , fue por Semana Santa.

O sea que en otros lares no están de manías, y consumen panellets cuando les viene en gana, amigo.

Yo comenté por aquí alguna vez que tengo alma andaluza. Por eso siempre estoy de buen humor

Simon

Doncs això canviarà a partir d'ara. Me'ls miraré i si m'agraden, que segur que si, et donaré like

TheDandy

d'acord gracies...

suposo que tu si has entes lo dels panellets, perque el post anterior amb la linea habitual ad hominem del autor, preten com sempre tergiversar parlan de "mazapanes " de altres llocs, es el problema que ad hominem sempre prioritza l argumenta contrari encara que la cagui com quasi sempre, per aixo ahir el van notificar per puyitas

I com català nomes m interessa prendrels aqui i en la tradicional festa catalana de la castanyada, no es cap mania fer-ho quan vols i a la tradicio catalana, a mi lo de la plaza a rocas o terres tunecines ho deixarem per predicadors penitents que necesiten curar els seus pecats a base de mazapanes del ejercito español , pero on estigui un bon panellet de codony catala res , i aquest ni interessa ni els fan al sud al estiu , valgam deu

Simon

Gracies, jo tinc un problema i es que tinc intolerancia a la lactosa i a la proteína de la lactosa que es veu que no es exactament el mateix, jo soc de lletres i si ho diuen els metges será veritat.
El fet es que no puc menjar res que contingui cap d'aquestes dues coses i es una punyeta. Una amiga comú que tenim et pot explicar les dificultats que tinc per triar als restaurants.
Per cert, l'arros molt xulo, ja te like, pero em temo que pot-ser hi poses formatge.

Owaduga

Doncs sí, els panellets de Tunis eren boníssims. N'hi havien de pistatxo encara més bons.

Encara me'n recordo i ja farà 10 - 15 anys

De fet els panellets no són més que pastisseria àrab de quan van estar per les nostres terres.

P.D El que menjava a La Línea a la Plaza del Ejército Español eran "empiñonados" no sé si hauria alguna diferencia amb un panellet de pinyons. Per a mi eren el mateix. Com ha aparegut el nom de massapà per aquí

Simon

Simon

¿ Y TÚ QUE ?

.- Oye, pásame el Sport.

.- Toma, ahí va.

.- ¡Cuidado coño , que has metido al Jordi Alba en las bravas!

.- Bueno, tampoco le va a pasar nada, este se puede pagar la tintorería.

.- Tú siempre tan espiritual.

.- No hombre, es que yo lo que quiero ver son las motos, ya sabes que a mí el futbol…

.- ¡Ah! ¿Es por eso que siempre empiezas los periódicos por atrás?

.- A ver, si y no.

.- Oye, no me vaciles, o si o no. ¿Unos del morrón?

.- ¡Venga va! ¡Que unos pican y otros non! ¡Camarero! ¡Dos más de Coto y unos pimientos!

.- ¿Volviendo a la prensa, porque por la última página?

.- Bueno…no se lo digas a la Encarna que me mata, ¿vale?

.- Vale.

.- Pues me ha quedado la costumbre de cuando tenías que mirar las putas en el periódico.

.- Oye, ¿pero tu vas de putas? ¡Joder tío! Nunca lo hubiera dicho…

.- Bueno, ya no, bueno si, en realidad solo un poquito.

.- Mira, yo seré tonto pero o vas o no vas. No solo un poquito.

.- Hombre…

.- ¿Que? ¿La puntita nada más? ¡Venga ya! ¡Que peinamos canas!

.- ¡Está bien! A veces me pego una escapada. Es que la Encarna…

.- ¿Encarna que? ¡Pero si tienes una mujer estupenda, joder! ¡No se lo merece!

.- No, si es el problema…

.- Problema, ¿cual?

.- Joder.

.- Chico, estás inconexo.

.- No, no. Si te lo quiero contar, me aliviará.

.- ¿Entonces?

.- Que me alivia…

.- Si me vacilas otra vez te puedes meter los pimientos del padrón por…

.- ¡Que no joder! ¡Déjame hablar!

.- Perdona. Habla.

.- Es que estamos con la menopausia. Que nunca tiene ganas, que le duele, que…vaya que por una cosa o por otra ya nunca follamos.

.- Hacéis el amor.

.- Eso. Yo algunas veces necesito sexo y así salvamos el matrimonio.

.- ¿Y lo sabe?

.- No, nunca se lo he dicho. Claro que Encarna no es tonta, ya la conoces.

.- Pues mira tu, no sé si será moral o no pero te entiendo bien.

.- ¿Ah si? ¡Pensaba que te costaría más! ¡Gracias!

.- ¡Ni gracias ni hostias! ¡Que nosotros estamos igual!

.- Ya…

.- Oye…

.- Dime.

.- Esto… ¿y tu dónde vas? Es que…

.- ¡Tío! Es que tu…

.- Pues…

.- Pues anda que…

.- ¡Venga! ¿Cambio de cromos?

.- ¡Vale! ¿Una rusa para celebrarlo?

.- ¿A ti te van las rusas?

.- Digo una ensaladilla capullo.

.- ¡Ah, vale! ¡Una rusa marchando!

.- Quieres que después…

.- ¡Venga va!

.- Louis, presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad.

.- No seas idiota que eso es de Casablanca.

.- Ya pero quedaba bien y como se entere la Encarna…

Anako

Me apunto a la rusa

Simon

CHA-CHA-CHA

He quedado con el Enano Cabrón en los jardines del Hotel Nacional que por lo que se ve tiene unas amigas nuevas. Es un tío que nunca ha terminado de gustarme pero como es el representante de una conocida marca de cervezas que a mi no me gusta y es el único que tiene los santos cojones de pasearse por La Habana con un Jaguar berlina siempre pilla caza mayor aún que sea enano y cabrón.

Saludo al parqueador desde mi cochecillo, subo la escalinata del sitio donde ha tenido lugar la mayor reunión de gangster de la historia y cruzando el hall apartando turistas salgo a los jardines interiores. Los tres negros vestidos de blanco resuenan bajo las terrazas cubiertas como todos y cada uno de los días. Seguramente cuando se construyo el hotel ya estaban ahí.

Guantanamera, guajira guantanamera
Guantanamera, guajira guantanamera
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma
Y antes de morir yo quiero
Echar mis versos del alma

Y así mucho rato con los palos de ritmo sencillo y difícil a la vez; 3-2-1 3-2-1 Hay un momento que hipnotiza. La guitarra y los bongos curiosamente acompañan.

Veo al Enano Cabrón que el muy cabrón está apalancado como un gran visir en un sofá con tres mulatas altísimas, con unas piernas de tres metros y unos cuerpazos que no son de este mundo. Saben que están buenas porque se les nota. Están acostumbradas a estar buenas, pero yo sé que con estar buenas no basta porque estamos en un sitio que los cubanos no pueden entrar. Si fueran blancas podría haber colado pero aquel trigueño oscuro, aquel mulato claro…ya puedes estar buena que si no eres alguien no entras.

Presentaciones, besitos, jiji jaja, el Enano Cabrón que ejerce de maestro de ceremonias y me hago un hueco entre tanto hueco por rellenar con relativa facilidad porque me hacen espacio donde me quieren.
Me pido un cocktail de frutas sin alcohol porque la cosa promete y depende como vayan las cosas quiero mantenerme ligero.

La chica que tengo a mi izquierda – veo los turistas que la miran libidinosamente a ella y con una mezcla de odio y envidia a mi – que ya no recuerdo como se llama me desvela el pequeño misterio de que hacen allí sin que los custodios las echen con mas o menos disimulo. Son del cuerpo de baile del Tropicana. Son de la élite que quieren ser la mayoría de las chicas cubanas para salir del anonimato, de la pobreza y sobretodo de la isla. Eso si, salir y entrar a no ser que consigan escaparse.

Me centro en ella para no dispersarme por aquello de que el que mucho abarca… Hablar no habla mucho, reírse un montón. De repente de dice así en frío;

- Oye ejem.. Simón, ¡ cásate conmigo !

Alucino y miro el zumo de frutas con desconfianza pero todo parece estar en su lugar.

- ¿ Pero cómo me voy a casar contigo ? ¡ Nos conocemos hace diez minutos y además estoy casado en
Europa y tengo muchos niños, montones de niños ! ( es mentira )

- Es igual deja a tu mujer y cásate conmigo. – y de ahí no la sacas-

Hablo con ella un rato y me dice que quiere salir de la isla, que por eso esa belleza que tira de espaldas se quiere casar conmigo. Me quiere usar pero no en el sentido que a mi me gustaría. Cuando ve que no cedo empieza a reírse menos y habla normal, me cuenta cosas de su familia, de donde vive, desde luego hay repartos mejores, y al final de un bolso muy bonito por lo que se ve normalmente saca una libreta de esas que las hojas se aguantan con un gusanito metálico a un costado y el papel es cuadriculado. Tamaño medio.

La chica me la pone abierta encima de la polla que aprovecha para guarrear un poco a ver si me pienso lo de casarme y solo obtiene una erección inmediata. Se ríe bajito. Eso ya me gusta más. Me centro en la libreta para rebajar la erección entre un centenar de turistas repartidos por los jardines y veo que ha dividido cada hojita en cuatro haciendo unas cruces de manera muy pulcra y cuidadosa.

Tiene unas manos muy bonitas y ágiles. Me centro otra vez porque me empieza a provocar otra erección, entiendo que es una especie de agenda con fechas, nombres y cantidades. Hay un francés que se llama Philippe, un alemán, un par de italianos, un José María de Huelva y alguno mas. Cuando la entiendo veo la estrategia del tema.

Cada uno de ellos le manda dinero cada mes con una transferencia o lo que sea, cada uno de ellos viene cada tres o cuatro meses y está unos quince días durante los cuales ella, si no tiene gira está con ellos cuando sale de la función en el Tropicana. No es cada día, hay días que solo hay ensayos.

Cada uno de ellos piensa que es el único hombre en su vida y la libreta es importante para que no se junten dos a la vez, si va a pasar le dice a uno que tiene gira y le hace venir quince días antes o después. Llega a un nivel de control que consigue alguna vez ir al José Martí, al aeropuerto, a despedir a uno y solo esperando hora u hora y media le llega el siguiente. También lleva el control de ingresos para que ninguno se despiste y pasen por caja. Es un auténtico encaje de bolillos.

Después nos llevan en el Jaguar del Enano Cabrón que por dispersarse no llega a concretar nada hasta la puerta de artistas del Tropicana. Es un patio grande sin asfaltar sin ningún glamour. Nos dicen si queremos entrar a ver el ensayo que nos cuelan por la puerta de artistas pegándole el rollo al portero que nos mira de manera perdida, creo que está borracho. Llegamos a la zona de camerinos y maquillaje y es el paraíso, siento como si toda mi vida pasara ante mis ojos, pero no. Lo que pasa ante mis ojos es medio centenar de mulatas como la “mía” a cual más buena, unas a medio vestir y otras a medio desnudar preocupadas solo de estar como tienen que estar donde tienen que estar.
Las miden y las pesan. Prohibido engordar. La media estará en los veinticinco años y el metro setenta y cinco. Lo de la altura ya lo sabía porque es de aquellas cosas que se habla en casi todas las casas que hay chicas mulatas adolescentes. Todas quieren lo mismo.

Nos sentamos el Enano cabrón y yo en un rincón y vemos el espectáculo a trozos durante el ensayo. La verdad es que no pagaría por verlo, incluso gratis si pudiera me iría. Me aburro.

Cuando terminan, nos dejan donde espera fiel mi carrito y nos vamos a cenar ya solos con mi amiga a la pizzería del Melia Cohiba donde tampoco pueden entrar cubanos. Se me acerca un custodio negro como un Miura y me dice bajito que la próxima que por favor sea blanca. Asiento y le doy un par de dólares. Cenamos y cuando terminamos dice que se viene a dormir a mi casa.

Pero eso es otra historia. Cha-cha-cha…

Simon

GRANÁ

Estoy solo en el restaurante. Como siempre. Se lo que me espera; conversación intrascendente con un camarero aburrido que se pregunta que hago cenando solo en un restaurante vacío.

Conversación intrascendente con el barman del hotel que parece el camarero del restaurante que ha corrido más que yo y ha llegado a tiempo para cambiarse, cara de - que coño dice - cuando pido un Manhattan, intento instruirlo sobre las diferencias entre el Canadian y el Bourbon. Es inútil. Él.

Tercera conversación intrascendente, pero breve, con un tercer clon en recepción y de puro aburrimiento echo mano de un prospecto de una discoteca que feliz de las casualidades, no se lo cree nadie, esta a una calle.

Está decidido, hoy no me voy a la habitación a ver la tv en calzoncillos terminando poniendo el canal porno y preguntándome si me hago una paja antes de dormir o no. Me voy a quemarlo todo. Hace años que no quemo gran cosa pero ni siquiera lo pienso.

Mañana tengo reunión con José Luís a primera hora pero él comprenderá. Si eso le mando un wp y nos vemos para comer que para eso somos amigos además del trabajo. Es más, se lo mando ya mismo y así me quedo tranquilo para quemar lo que se pueda.

Me acicalo y me arreglo todo lo que se puede y se me ocurre y satisfecho del resultado me voy a la disco del prospecto donde después de pagar religiosamente me atracan cuando pido el Manhattan que hay en la carta de cocktails. No está mal, pero veinte euros me parece un robo. En fin, se me pasa el antojo.
Dirijo mis intereses a la pista de baile que, para que nos vamos a engañar, es a lo que he venido. Pienso en la habitación del hotel y la posible paja y decido que hoy no será así.

Voy para la zona caliente, empiezo a bailar con una morena que está potente y que no le hace ascos, es evidente que estoy desentrenado. Sin saber de donde viene me sueltan dos yoyas y una navaja está apoyada en mi estomago. No pienso nada. Todo va muy rápido y las luces y la música que le dan un aire irreal a la situación. La navaja ya no está y yo estoy catatónico.
Me informan que el donante de yoyas es el marido de la morena que aquella tarde ha salido de la cárcel de Granada. Lo han detenido.
Es verdad, hoy estoy en Granada. Algunas veces no me acuerdo ni donde estoy.

En los sofás cercanos a la pista hay una rubia que igual le sobran unos kilos pero me mira, me mira y se ríe, se ve cachonda. Aún me duele la cara pero pueden mas las hormonas y voy hacia ella. Tiene amigos y amigas, bebemos. Bebemos mucho, mucho mas de lo que estoy acostumbrado pero estoy desbocado, he perdido cualquier sentido del riesgo.

Estamos en la calle, no vamos solos. Vienen con nosotros un número indeterminado de amigos que en este momento ya son amigos míos aún que no sepa ni como se llaman. De hecho tampoco se como se llama ella. Es rubia, está buena y me lleva a alguna parte. Acierto a distinguir que cruzamos Reyes Católicos y nos metemos por callecitas. Subimos a un piso con escaleras en tonos marrones, se me ocurren ideas escatologicas y me rio solo. Bueno, con el alcohol.

Nos sentamos en un salón comedor que debería ser un saloon comedor porque seguimos bebiendo. Ya no se que bebo, pero bebo. Tampoco entiendo mucho lo que dicen y quiero estar el la habitación de mi hotel.

Mi hotel.

En algún momento ella, que sigo sin saber como se llama y ya que mas da, me coge dela mano o de donde sea y se me lleva a un dormitorio y aún vestidos y tendidos en la cama la miro sin ver con ojos vidriosos.

Es de día, miro el reloj y son casi las doce. Me encuentro fatal. El hecho que una versión de la rubia amarujada y como un basilisco esté en la puerta de la habitación gritándome no mejora las cosas.
Parece indignada porque he sido incapaz de levantar nada y me he quedado dormido toda la noche. Me ha desnudado y me ha tirado encima la cama. No se si ha dormido conmigo o no pero me da igual.

Quiero mi habitación.

Antes de que tenga tiempo de poner mis ideas en orden coge mi ropa en una mano y con la otra agarra la mía con bastante más energía que la noche anterior y me echa al descansillo de la escalera de color marrón mierda y mi ropa me sigue volando desperdigándose por todo el descansillo. Me visto rápido y mal, solo falta que me detengan por exibicionismo.

Me duele la cabeza. Tendré que aplazar mi reunión con José Luis. A ver que me invento.

Salgo a la calle y no se donde estoy, me oriento y llego al hotel con un sol primaveral cascandome el cráneo.
Pido la llave al clon, y subo a mi habitación. Dormiré y por la noche veré el canal porno y me haré una paja.